Cuando todavía nos estamos acostumbrando a las ventajas y la velocidad del 4G, una tecnología mucho más evolucionada está decidida a quedarse entre nosotros antes de lo previsto. Nos referimos al 5G, que supondrá un aumento exponencial tanto de la velocidad de nuestras conexiones como de las posibilidades que esto nos va a dar a nivel doméstico, personal e incluso empresarial.
Pero, más allá de los usos más elevados, ¿cómo va a influir el uso del 5G en nuestros hogares? ¿De qué manera se va a hacer evidente más allá de tener una velocidad de conexión más rápida? Estas son algunas de las claves de la tecnología que vas a tener en tu casa más pronto que tarde.
La conectividad a nivel nacional
Con el 5G pasa algo curioso. En el ámbito industrial y empresarial no se deja de hablar de ello, pero los consumidores de a pie lo tenemos mucho menos presente. Y esto tiene su razón de ser. Damos por hecho que aún tardará en llegar o que, como mínimo, lo hará mucho antes en las empresas que en los hogares. Todo hacía pensar que esto sería así hasta el pasado 1 de septiembre, momento en el que Telefónica hizo públicos sus planes de implantación del 5G en España y sorprendió a todo el mundo: el 5G alcanzará al 75% del territorio español y lo hará, de hecho, antes de que acabe el año. Esto supone que la adaptación de esta tecnología acabará siendo mucho más temprana de lo que cabía esperar.
Las ventajas de entrada son innegables: según Open Signal, los países que adoptan el 5G pueden llegar a multiplicar hasta por diez la velocidad de sus conexiones en comparación con el 4G. Esto se debe a que la latencia va a ser mucho más baja a partir de ahora. Es decir, el tiempo que pasa entre que una información es solicitada y llega hasta el receptor, entre que tecleamos la dirección de una web y tarda en cargarse, será mucho menor.
Aparatos conectados en casa
Pese a la sensación general de que el 5G será aplicado mayormente en ámbitos industriales, lo cierto es que tendrá una influencia muy alta en nuestros hogares. Tal y como asegura un informe de Bisreseach, más del 20% del uso del 5G irá derivado a dispositivos de electrónica de consumo, es decir, a los aparatos a los que cualquier ciudadano recurre cada día.
Ante ello podemos pensar que usaremos esta tecnología en el móvil, el ordenador o la televisión, pero el espectro es muchísimo más amplio. Podremos tener una nevera que hace un pedido automático cuando detecta que falta un producto. O una calefacción o aire acondicionado que se encienden solos cuando ven que la temperatura de la vivienda no es la adecuada. O una alarma que se activa de manera autónoma cuando determine que han pasado varios días sin que haya nadie en casa, etc.
El mercado de los dispositivos relacionados con el Internet of Things (IoT) es casi infinito: los cálculos de la consultora IDC determinan que a finales de este año tendremos en nuestro poder más de 237 millones de aparatos conectados que conformarán una industria milmillonaria. Detrás de esta industria, nuestra casa se convertirá en un auténtico centro de operaciones en el que podremos dar conectividad e inteligencia artificial a casi cualquier aparato que cuente con este tipo de tecnología.
El reto: datos y privacidad de nuestra casa
¿Hay razones para preocuparse por el 5G o, al menos, para permanecer más atentos a lo que hacemos con dicha tecnología? Sí: los datos. Cada aparato conectado que usemos recopilará, almacenará y procesará una serie de datos. Éstos pueden ir de los más superfluos (el número de consultas que hacemos a un altavoz inteligente) a los más delicados (el tipo de consultas que hacemos, el número de veces que encendemos la calefacción o encargamos comida, el plano de nuestra vivienda que ha monitorizado nuestro robot aspirador…).
No se trata de un reto menor. IDC también incide en que los datos creados por los dispositivos conectados van a ser 249 más grandes que los actuales, conformando también una industria que, en este caso, puede perjudicarnos. En este sentido será esencial que cada vivienda decida pausadamente con qué tipo de dispositivos conectados quiere contar y de cuáles prefiere prescindir.
En cualquier caso, la llegada del 5G es inevitable y cuenta con muchas de ventajas. Será función de cada ciudadano decidir cómo quiere implantar esta tecnología y, sobre todo, hasta qué punto quiere que forme parte de su vivienda.
Fuente: CBRE Tendencias Inmobiliarias